Ola tras ola.
Majestuosa y sensible a la vez.
La miras, la respetas y la deseas.
El movimiento se repite, una y otra vez.
Se siente la brisa, un sentimiento de paz te invade.
Respiras.
Todo se detiene y piensas.
Cada segundo se repite, cada momento es importante.
Revienta y todo termina.
Vuelve a empezar.
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